La posibilidad de almacenar y trasladar energía eléctrica a cualquier lugar nos ha permitido prescindir de conexiones a los sistemas fijos tradicionales de transmisión de energía en una gran variedad de aparatos y equipos con los que nos relacionamos en las actividades cotidianas. Esta ventaja ha permitido el desarrollo de una gran variedad de herramientas, electrodomésticos y muchos otros dispositivos portátiles que nos facilitan el trabajo pero que pueden estar generando un gran problema ecológico ahora mismo: Contaminación y daños a la salud por el mal desuso y nula gestión de reciclaje de pilas y baterías.
Baterías poco amigables
Una pila es un dispositivo que tiene la capacidad de convertir energía química en eléctrica mediante un proceso químico reversible de Reducción-oxidación, está contenida en una caja cuadrada o cilíndrica con dos terminales (ánodo y cátodo), mientras que las baterías son un grupo de dos o más pilas conectadas entre sí, casi siempre empacadas en una caja de mayor peso y tamaño que las pilas. Los materiales que las constituyen y la forma en que proveen de cargas eléctricas varían según su composición y propósitos.
Cuando una pila ha agotado su vida útil debe ser recolectada y tratada correctamente o puede generar problemas muy serios. Una pila de mercurio puede contaminar 600 mil litros de agua, una alcalina contamina 167 mil litros de agua, mientras una de óxido de plata, 14 mil litros.
Una opción más sustentable
Cuando Neus Sabaté, investigadora del Instituto de Microelectrónica de Barcelona descubrió que las pruebas de embarazo contienen una pila de botón y comprendió el desperdicio de recursos y el riesgo ecológico, decidió enfocar su carrera para encontrar una solución a este problema: Pilas y baterías de un solo uso y que fueran respetuosas con el medio ambiente, es decir, biodegradables.
Unos ocho años después presentó las pilas de papel, están hechas de materiales no tóxicos y que reaccionan a cierto tipo de fluidos para generar una corriente muy pequeña pero que puede hacer funcionar un dispositivo de reacción, como la prueba de embarazo. Si bien por ahora este desarrollo está enfocado en aplicaciones sencillas que permitan abaratar costos y darles sostenibilidad al usar materiales biodegradables y no tóxicos, este tipo de pilas ha comenzado su desarrollo en mercados y productos muy específicos como reactivos para detectar enfermedades como el dengue, la malaria, tuberculosis o medir el nivel de glucosa en la sangre. Incluso, se trabaja en la posibilidad de que sea usada en la detección de COVID 19 sin necesidad de una prueba PCR.
También se trabaja en el desarrollo de nuevos productos cosméticos y en la generación de pilas de mayor duración para monitoreo ambiental, que por ejemplo, que puedan quedar tiradas en el bosque y desaparezcan sin contaminar.
Referencias:
Freepik. (2018, 18 diciembre). Conjunto de indicadores de carga de batería con niveles de energía bajos y altos aislados en el fondo. 3586285. https://www.freepik.es/vector-gratis/conjunto-indicadores-carga-bateria-niveles-energia-bajos-altos-aislados-fondo_3586285.htm#page=1&query=pilas&position=42
National Geographic. (2019, 28 febrero). Crean una pila biodegradable hecha de papel. National Geographic en Español. https://www.ngenespanol.com/naturaleza/crean-una-pila-biodegradable-hecha-de-papel/
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